Sobre la maternidad “real”
Estas ultimas semanas he estado leyendo muchos comentarios y posts en las redes sociales sobre lo que llaman “maternidad real”. Muchas personas quieren romantizar la maternidad y otras solo ven la otra cara de la moneda, el aspecto más arduo y no tan agradable, todo aquello que “nadie te había contado”. Todo ello me ha llevado a escribir este post, porque creo que esta gran aventura de ser padres es muy subjetiva y que nadie debería generalizar sobre este tema.
Muchas madres dicen que desde que nació su bebé no son dueñas ni de su cuerpo, ni de su tiempo. Ya no importa lo que ellas quieren, toda gira en torno a bebé. Y es cierto, pero no nos engañemos, ese es un tiempo puntual, ya que los bebés crecen, se convierten en niños y las cosas cambian, van dejando atrás esa dependencia tan extrema que vivimos cuando nacen.
Como ya he dicho, no me gusta generalizar, yo hablo por mí, de como lo he vivido yo. Por supuesto que he tenido días malos, y los sigo teniendo, pero no he llegado en absoluto al punto de necesitar ayuda psicológica, como les pasa a algunas. Pero eso de las convierte en débiles o raras, ya que existe un factor clave: cada mamá y cada bebé es distinto. Puede que a tu bebé le cueste dormir y que por ello vayas como una zombi por la vida, o puede que duerma de maravilla y en cambio le cueste mucho comer. Puede que tu tengas más paciencia o menos…. Repito, no generalicemos… La maternidad no es perfecta, nada ni nadie lo es. Es cuestión de ver las cosas con el mayor optimismo posible y aceptar que podemos tener días malos.
Conozco familias con 6, 7 u 8 hijos que tienen un día a día muy duro y ajetreado, pero son felices, y otras que lo son con un solo hijo… ¿qué más dará eso? La cuestión es ir adaptándose a la situación. Al principio quizá pensaras que no eres libre ni para ir a poner en marcha la lavadora o que tener el salón recogido es imposible y que todo está hecho un desastre. No desistas, todo pasa, las aguas tarde o temprano vuelven a su cauce.
Consejos de cara a la maternidad
No te crees expectativas, ni buenas ni malas. Solo afronta las cosas tal y como vengan y disfruta de lo bueno y lucha por superar lo malo.
Trata de guardar un pequeño espacio de tiempo para ti, aunque sea breve. Recuerda que, aparte de madre, sigues siendo la mujer que siempre has sido.
No hagas comparaciones. No sirven de nada y lo único que harás será deprimirte tu o hacer que los demás lo hagan.
Acepta ayuda si ves que la necesitas. Es normal que no siempre puedas llegar a todo.
Ten paciencia. Piensa que el primer año de tu hijo pasa literalmente volando y está lleno de “primeras veces”. Simplemente disfrútalo. Todas las maternidades son reales.
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